domingo, 3 de abril de 2011

El nuevo Roces ya toma café EL VECINO DE RUEDES "AMADOR SOLIS" HA PUESTO UN CAFÉ

El nuevo Roces ya toma café

Amador Solís es el primer hostelero que instala su negocio en el joven barrio, para regocijo de los vecinos y los trabajadores





Varios trabajadores de los edificios que se construyen en la zona, tras el descanso del café. juan plaza

MULTIMEDIA
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Miriam SUÁREZ

En el área residencial de Roces, si uno pregunta por la cafetería le conducen al negocio de Amador Solís. Aunque esta nueva zona ocupa casi un millón de metros cuadrados, no hace falta dar explicaciones. El barrio, todavía por hacer, sólo tiene actividad comercial en un bajo del número 980 de la avenida de Roces, eje que comunica la carretera Carbonera con la Carretera de la Pola. El local apenas lleva un mes en funcionamiento.

Su apertura fue noticia de la página web que mantiene en contacto, a través de internet, a los vecinos que acaban de instalarse y a los que están por venir. Se trata de un barrio recién nacido, ávido de servicios y con la mayoría de sus viviendas en proceso de construcción, así que este primer negocio supone todo un acontecimiento, tanto para residentes como para quienes trabajan en las obras del entorno. Algo similar a lo que ocurrió, hace escasas semanas, con la llegada de la línea 15 de autobús.

Según cuenta Amador Solís, «durante las obras de acondicionamiento ya venían a interesarse por el negocio. "Qué bien, ya tenemos donde tomarnos un café", nos decían». Un cartel con el nombre de Café Maradri identifica el local hostelero desde la avenida principal del área de Roces. El establecimiento, situado en uno de los bajos del edificio «Central», que firma Construcciones Rimada, actúa como un polo de atracción. Aún sin letrero, se podría localizar por el movimiento y actividad que genera a su alrededor.

«Por semana nos vienen sobre todo obreros. De hecho, hemos empezado a servir raciones y platos combinados, para que no tengan que irse lejos a la hora de comer», explica Solís. Los fines de semana, sobre todo si emiten partidos de fútbol en televisión, «esto se llena de vecinos», que ahora ya tienen a mano un sitio donde empezar a hacer vida de barrio. «Cada día que pasa vemos más gente nueva por aquí. Estamos muy contentos», comenta el dueño del Café Maradri, que sólo tiene quejas para «la compañía eléctrica, que tarda mucho en ponerte a funcionar la instalación».

Amador Solís compró un local en el área de Roces «al enterarme, por LA NUEVA ESPAÑA precisamente, de que aquí iban a construirse 3.700 viviendas; todavía tengo el recorte del periódico en casa». En ese momento, estaba buscando la forma de reorientar su vida laboral, debido a unos problemas de salud que le hacían imposible seguir ganándose el sueldo como transportista, oficio al que se ha dedicado durante casi treinta años. La hostelería le abrió un nuevo horizonte.

Su hermano, que sí acumula experiencia en el sector, le ayudó a montar su negocio. Al café le puso Maradri, que fusiona los nombres de Mario y Adrián, en homenaje a sus dos hijos. «Si no hubiese sido en el área de Roces, posiblemente no hubiese hecho esto. Vamos, en Gijón no hubiese cogido el local ni de broma», admite Amador Solís. A sus 53 años, este vecino de El Llano, que mantiene estrechos vínculos con la parroquia de Ruedes, piensa en resolver su etapa laboral hasta la jubilación. Luego, ya se verá.

El futuro inmediato no pinta nada mal. A día de hoy, los constructores que están posicionados en el área de Roces sólo han entregado el 15% de las viviendas previstas en la zona. Pero, una vez que las obras de edificación se hayan terminado, se espera que unos 10.000 vecinos habiten el complejo residencial, símbolo de un salto urbanístico que expande la ciudad más allá de la Ronda Sur. «Hay previstos otros tres negocios de hostelería más. Esperemos que haya para todos», confía Amador Solís. Diez mil son muchos clientes.


FUENTE:INE.ES

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